Montañas

Si el bosque es el lugar en el que vive el pensamiento salvaje, la montaña es el espacio en el que encontrarse con aquello que está más allá del reducido círculo cotidiano de la vida humana. Desde los prados por los que el pastor conduce sus rebaños, cerca de riscos escarpados donde viven los gigantes o los ermitaños de vida ascética y a través de senderos peligrosos, tan cerca como se puede estar de los cielos y el brillo de las incontables estrellas, a menudo es a las cimas donde el protagonista acude en busca de consejo, objetos encantados o la flor mágica que curará la tierra. 

La montaña domina un amplio horizonte, que todos ven, pero que muy pocos han pisado. En la tradición popular pertenecen más a la divinidad que a las personas. Espacios lejanos e inaccesibles para el cuerpo, pueden formar parte del espacio compartido de una comunidad de marginales, a la que viajar cada noche en sueños para danzar libres.