Fuego
El fuego es omnipresente en el folklore. Hay leyendas de bueyes de fuego que se remontan a siglos atrás, como los viejos espíritus de la forja que enseñaron a los hombres los secretos del hierro y, entre voces medio olvidadas, aún queman las llamas que curan en manos de santos y magos. Las hogueras que se levantan durante los solsticios, equinoccios y otros días señalados fueron principales en las creencias religiosas de todo el continente europeo. Se decía que de fuego era el Infierno, de fuego los ojos de los místicos y los corazones de los bienaventurados. Protector y destructivo al mismo tiempo, símbolo de vida desatada y de ira que hiere.
El fuego es compañero íntimo de la aventura humana. Más que cualquier otra cosa, el regalo de Prometeo ha cambiado la vida humana. Desde que lo descubrimos nos empezamos a reunir a su alrededor para calentar alimentos, danzar y ahuyentar el miedo nocturno. Y, por supuesto, para explicar relatos como éstos.