Ciudades

La ciudad es un espacio de privilegio de las leyendas, sea por las profundidades de sus cloacas o por aquello que se esconde tras miles de puertas. Laberinto de secretos, de comedias y tragedias, capa tras capa, desde siglos atrás hasta la actualidad, las historias se acumulan entre los edificios que caen y se reconstruyen, afanándose por ser recordadas entre tanta fugacidad de cables y plástico, indolencia apática y mentiras.  

Cabe decir que con la ciudad ocurre un efecto espejo del pueblo. El urbanita idealiza el folklore rural, pero éste entra en las ciudades con aquellos que migran desde el campo, tomando nuevos vestuarios y formas que, lejos de morir, se renuevan. Si algo caracteriza las leyendas de las ciudades es el hecho de ser narraciones vivas, fugaces y desafiantes, de humo, reflejos e ilusionismo, sin la supuesta amabilidad que el urbanita quisiera atribuir a las leyendas rurales, sea ésta real o un truco más de mercadotecnia diseñado en una oficina urbana.